Estaba privado de la libertad el hombre encontrado muerto en el río Atoyac a la altura de Santa Clara
El pasado martes por la tarde los vecinos escucharon gritos de: “¡auxilio!, ¡ayuda!, ¡me van a matar!” era un hombre que gritaba imperiosamente, que buscaba que alguien llegara a salvarlo.
Agentes ministeriales detuvieron a tres sujetos presuntamente implicados con el homicidio del hombre encontrado en el río Atoyac a la altura de Hacienda Santa Clara. Se presume que estos sujetos lo tenían privado de la libertad en un domicilio de San Isidro Castillotla en donde lo habrían matado el martes por la tarde y la madrugada del miércoles sacaron el cuerpo escondido dentro de un sofá y lo fueron a lanzar al río Atoyac.
Uno de los detenidos es el propietario de la casa, un sujeto llamado Alfredo, alias Fello, quien según fuentes ciudadanas cuenta con antecedentes penales en Estados Unidos, habría llegado a Puebla aproximadamente hace cinco años cuando fue extraditado de la Unión Americana. De los otros dos no se han dado a conocer sus identidades.
Como se recordará, la tarde del miércoles los vecinos de la 27 Sur y la 129 Poniente reportaron que en el río Atoyac había un sillón con un cuerpo en su interior. Cuando la policía llegó halló el cuerpo flotando en el agua y el sillón a un par de metros de distancia.
El occiso es delgado, de tez morena clara, vestía pantalón negro, cinturón café y zapatos tipo botas industriales de color negro. Permanece en calidad de desconocido.
LA TERRIBLE HISTORIA Y LA INACTIVIDAD CÓMPLICE DE LAS AUTORIDADES POLICIALES
Vecinos del Fello mencionaron estar hartos de él, pues lo calificaron de drogadicto y violento, golpeaba salvajemente a su esposa, incluso la corrió con todo y su pequeño hijo. Es un generador de violencia en la colonia San Isidro Castillotla, sobre todo en la calle 25-A Sur en donde tiene su domicilio.
El pasado martes por la tarde los vecinos escucharon gritos de: “¡auxilio!, ¡ayuda!, ¡me van a matar!” era un hombre que gritaba imperiosamente, que buscaba que alguien llegara a salvarlo.
Los vecinos creyeron que era el Fello a quien estaban haciendo daño, ello porque ha causado mal a muchas personas y se ha metido con gente peligrosa. Una semana antes un grupo de siete delincuentes llegó a buscarlo hasta su casa con intención de causarle daño.
Al escuchar los gritos de auxilio los vecinos cumplieron con su deber cívico, que era llamar a los números de emergencia y solicitar la presencia y el apoyo de la policía preventiva.
Sin embargo, minutos después (cuatro minutos antes de que arribara la policía) llegó corriendo Alfredo, alias el Fello, este ingresó a su casa y como por arte de magia cesaron los gritos del hombre que pedía auxilio. De inmediato supusieron que el Fello había hecho algo violento para callar a la persona que tenía privada de la libertad dentro de la casa.
Cuando minutos después llegó la policía municipal, los vecinos salieron y les indicaron lo que acababa de ocurrir, les pidieron que ingresaran a la casa y que revisaran, les dijeron que minutos antes un hombre pedía auxilio a gritos y que tras la llegada del Fello los gritos cesaron
Pero los policías no hicieron nada, pese a que algunos vecinos les dijeron que podían ingresar porque había una situación real de peligro para una persona, los uniformados solo dijeron que no podían hacer más. Solo hablaron con el Fello quien se aseguró de no traspasar su reja a manera de protección. Los policías se retiraron y las personas se quedaron con la sensación de estar desprotegidos ante la pasividad de los policías.
Las cosas no pararon ahí, y tampoco la complicidad omisa de las autoridades. Los vecinos estuvieron pendientes de lo que pudiera hacer el Fello durante las próximas horas. Así es como alrededor de las 00:30 horas del miércoles comenzaron a ver movimiento en su casa, lo acompañaba uno de sus amigos a quienes describen como “flaco”. Otro más les echaba aguas en la esquina con un carro.
Minutos después vieron como el Fello y uno de sus cómplices sacaba cargando un sillón: “no era normal la forma de cargarlo, se ve que les pesaba mucho”. Después lo cargaron en un “diablito” y agarraron hacia la 129 Poniente, todo el tiempo el sillón (presuntamente con el cadáver dentro) lo transportaron con el diablito.
Pero los vecinos no solo vieron, llamaron al 911 y a otros números de policías con los que cuentan: “Les dijimos, en este momento está sacando un sillón, estamos seguros que dentro de él esconden un cadáver. Esperábamos que llegara la policía, que los interceptara y que revisaran el sillón, los hubieran detenido en flagrancia, pero en los números de emergencias nos ignoraron”, dijeron muy molestos algunos vecinos.
Horas después, ese mismo miércoles, fue localizado el cadáver en el río Atoyac a la altura de la 129 Poniente y la 27 Sur, cerca del cuerpo se encontró el sillón que el Fello sacó de su casa por la madrugada. Hasta el momento no se conoce con certeza como mataron al hombre, pero los vecinos se inclinan a pensar que lo estrangularon.
Parte de esta información la obtuvieron los agentes ministeriales de la Fiscalía General del Estado, de la unidad de investigación de homicidios, quienes sí hicieron su chamba y la madrugada de este jueves ya tenían detenidos a tres de los probables responsables, entre ellos a Alfredo, alias El Fello. Inicialmente quedaron detenidos por posesión de drogas, pero se espera que en breve se les impute el delito de homicidio.